martes, 18 de septiembre de 2007

De la milagrosa y sus virtudes

Hoy vengo a contaros una noticia que me dejo algo perplejo, y a la vez ilusionado; haciendo “zapping” cibernético por diversas web’s de distinta índole, desde sitios de periódicos de celulosa, pasando por alimentarias… topé de pleno con una noticia que sentenciaba “La cerveza que agranda los pechos”, bueno, dejando mil y una ironización que se podría hacer en el tintero, sigo leyendo, y… no, no amigas, una cerveza no hará que vuestros pechos pasen de una 90 a una 105 (que magno sería, pero no es así). Por ahora, todo son suposiciones.

El origen de esta milagrosa cerveza es Bulgaria, país frío, el cual danza políticamente al ritmo que marca “Sergei Stanishev”. Dejando de un lado la política y sus marionetas de trapo en desuso, la cerveza que dice poseer dichas propiedades particulares es “Boza”. Sus ingredientes no son agua bendita y ostia consagrada (como pudiéramos pensar), sino harina de trigo fermentada y levadura... ingredientes algo más banales. El relato sobrecogedor de uno de estos amigos cervecero reza “Yo he comprado una caja para mi mujer y espero que cuando se las beba pueda ver una mejora”. No sabemos si nuestro camarada cervecero logrará su propsito, pero todo hace sugerir que pasarán una velada de lo mas entretenida, regada por caldos rubios, algo nada a despreciar.

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